7 abril 2021
Trece mujeres de la provincia de Esmeraldas se unen para conformar una asociación para la confección de uniformes institucionales y ropa en general. Uno de los principales retos es la producción a gran escala para cumplir con contratos importantes. La calidad de su trabajo, junto con el potencial de la organización, hace que la empresa privada, en este caso OCP Ecuador, contribuya con el desarrollo de este emprendimiento.
Después de un proceso de implementación de maquinaria, estas mujeres toman las riendas de las finanzas de sus hogares y transforman sus vidas y las de sus familias. Una de las representantes de esta asociación hace un recorrido por la historia de la textilera y explica la forma en que han sorteado los desafíos.
“Mi nombre es Catalina y junto con otras compañeras hacemos posible el trabajo de la Asociación de Mujeres Textileras de Esmeraldas. Este emprendimiento surgió como la respuesta comunitaria a la falta de empleo. Empezamos sin un solo centavo, haciendo rifas, vendiendo comida y juntando todas las ganancias en un capital que nos permitiera hacer el sueño realidad: una fábrica de uniformes institucionales, pero también una fábrica en la que nuestros sueños se hiciera realidad.
Vamos ya unos tres años en esta dinámica, no ha sido un camino fácil, han existido caídas, pero desde el principio asumimos el compromiso de sacar adelante la idea. Un día yo decidí acercarme a OCP Ecuador y plantear un proyecto de cooperación para que nuestro emprendimiento pudiera salir adelante.
La respuesta que tuvimos fue inmediata, nos visitaron, conversaron con nosotras, vieron que nuestro trabajo era serio. Entonces decidieron realizar la donación de maquinaria para que pudiésemos confeccionar las prendas con mayor rapidez y calidad. A cambio nosotras hemos comprometido nuestra palabra de mantenernos unidas y continuar con este proyecto.
Gracias a esa maquinaria hemos podido cumplir con contratos grandes. En ocasiones hemos llegada a confeccionar 4000 uniformes para empresas estatales.
Ha sido una herramienta que ha complementado el trabajo que realizamos, y nosotros muy felices y agradecidas con OCP, yo siempre les digo que no nos olviden porque gracias a ellos hemos podido salir adelante. Ahora que OCP cumple 15 años de todo corazón muchas felicidades, que siga creciendo la empresa, que siga ayudando a los grupos, que confíe en los grupos que sí hay iniciativas buenas y comprometidas. Hay grupos con visión de cambiar, de mejorar y mantenernos. Nuestro mensaje para que así como OCP confió en nosotras otras empresas también lo hagan y con ello contribuyan a hacer realidad los sueños de las mujeres trabajadoras.
Las puertas de nuestro local siempre estarán abiertas esperándolos con los brazos abiertos para cualquier cosa que OCP necesite”.